Hormigonera [Julián Bejarano]

A la siesta me despertó el golpecito
de la lluvia sobre el techo de chapa de mi casa.
De entrada lo confundí con el ruido
que producen las piedras chinas
cuando se prepara una mezcla
adentro de la hormigonera.
Ahora que la lluvia dejó de caer
me acuerdo de las construcciones precarias
que se hacían en casa, no eran muchas
ya que no teníamos nada de plata,
pero a fuerza de llegar
a los extremos de las necesidades,
nos empeñábamos, como se decía,
para levantar otra pieza
o agrandar quizás el baño.
La lluvia empezó a caer otra vez sobre los techos
y en mi cabeza sigue el ruido de la hormigonera
que prometía nuevos espacios y mejoras en la casa.

-En "Piso de pórtland". Inédito.

Qué significa tratar [Francisco Bitar]

La luz del día apagada
en el barniz de la silla
el ruido de una alarma
que ordena con su pulso
la discusión de los vecinos
yo me acuesto contra la ventana
con la cabeza caída hacia la noche.
Pienso que olvidé por hoy
regar las plantras y sé que el motivo
es que mi exmujer pasó
a buscar sus últimas cosas
y les hablamos al lado
sentados en el banco de piedra
como si con eso fuera suficiente
para sustituir su alimento.
Ella me dijo que estaba mejor
que de a poco volvía a vivir
sacando fuerza de las sobras
pero cuando vio que yo había renunciado
a poner los clavos en orden
para guiar la enredadera
agachó la cabeza
y se largó a llorar como otras veces.
Las plantas no están muertas,dije,
apenas un poco crecidas,
y fue peor-
estas cosas parecen hechas
solamente de retrocesos.
Ya va a pasar, dije también
pero sé que no es así
sé que tanto ella como yo
vamos a exagerar
la vida en otros órdenes
pero que esto no pasará.
Miré por un rato
la única estrella
perdida en la tarde
y cuando ella logró tranquilizarse
fumamos cigarrillos en silencio
con las hojas de la enredadera
cayendo por atrás
y rozándonos los hombros :
toda conversación tiene un ángel
que le cuida la espalda.
El de los vecinos,por ejemplo
es una alarma de auto.
El nuestro creció
hasta venirse abajo.

-En "Ropa vieja: la muerte de una estrella"

La persistencia del error

Las estrellas explotan en el espacio
a miles de años luz
y producen rayos cósmicos.
Ellos giran a través de nuestra galaxia
hasta que por accidente llegan a la Tierra,
atraviesan tu pieza y caen sobre vos,
mientras dormís sin parar,
mientras repetís:
persistimos en el error,
persistimos en el error.

-En "El día perfecto de la tierra será el último de todos".

Dos cosas de Fonder

Uno. "Los escritores no están para expresarse, están para hacer arte"
Dos. "Para leer, está bien mantener la ilusión, pero después hay que exigirle a los textos".

Jorge Fondebrider

Necesitamos un milagro

Una chica con un tatuaje
del Gauchito Gil en la espalda.
Mi novia le pregunta algunos secretos
para tener en cuenta,
para que los milagros se den.
Un viaje al santuario rural, una foto,
estampitas en el vidrio de un auto,
colgantes en el retrovisor.
Todas cosas que nunca suman nada,
pero al menos nos desvían de los
grandes problemas diarios.

Un día de ovnis [Celia García]

Un día soleado no tiene por qué amenazarte con que algo malo va a pasar.
Hace un año atrás, el sol radiante motivó a que mis hermanas, mis cuñados y yo decidiéramos salir a comer sanguchitos al parque, como si necesitáramos de aventuras.
Después de que atacáramos vorazmente las provisiones, prendimos la cámara de fotos para retratar esa tarde y poder rescatarla de la memoria cada vez que lo necesitemos.
Pero lo importante fue lo que sucedió días después. En camino a la facultad, recibo un mensaje de uno de mis cuñados. Las palabras estaban llenas de alarma: “Hice zoom a una foto que nos sacamos en el parque, y justo encima de nuestras cabezas, aparece un platillo volador. Estoy re cagado.”
Me puse a pensar. Últimamente, había estado obsesionado con el tema de los extraterrestres, pero de ahí a eso... ¿Finalmente había conseguido pruebas? Confieso que por un instante me contagió el susto, porque él siempre tuvo la particularidad de no saber actuar para hacer bromas y casi nunca las hacía. Lo que me dio a entender que si daba una noticia como esa, por algo iba a ser.
Seguía pensando. En Entre Ríos hay una larga tradición de avistamientos. La localidad de Victoria ha sido el escenario donde más personas dicen haber visto objetos voladores no identificados. Tanto es así que existe un museo del OVNI, donde su directora, Silvia Pérez Simondini, recopila todas sus investigaciones. Ciento doce kilómetros más al norte, en Paraná, la capital de la provincia, medios de comunicación hicieron circular en octubre de 2008 una foto donde se podía ver, sobre el fondo celeste del cielo y muy cerca del hotel cuatro estrellas más famoso de la ciudad, una mancha ovalada de color oscuro que no se podía reconocer.
Por lo pronto, ya se había instalado el tema en la familia y la siguiente reunión que tuvimos estuvo dedicada a opinar si esa figura en la foto correspondía o no a un platillo volador. Algunos descreídos no paraban de hacer chistes a mi cuñado, que siempre fue miedoso con las cosas que lo sobrepasan, pero no faltaban los amigos -porque a cierta altura el debate se había extendido a todo su círculo cercano- que lo defendían y que dejaban cierto lugar a la duda. El acusado, declarado investigador amateur de archivos en internet sobre el tema, exponía el argumento más fuerte que sostenía la hipótesis: los OVNIs aparecen cerca del agua.
Lo cierto era que haciendo clicks sucesivos en la lupita que expande la imagen, la pantalla mostraba una figura gris con la típica forma de naves alienígenas que aparecen en las películas hollywodenses. ¿Entonces eran ciertas todas las historias que nos contaron?
A esa altura, mi mente divagaba. Hubo generaciones enteras que fantasearon con el espacio. No se ha demostrado si realmente existe vida en otros planetas. Tampoco sabremos si este tema fue instalado en la opinión pública para ocultar secretos de estado. Mi mamá decía que cuando era chica quería convertirse en astronauta. Cada vez que miro al cielo de noche, me siento muy pequeña.
En fin, lo único que sé es que mi cuñado sacó la foto de Facebook, para evitar el pánico y el caos mundial.

Un camiseta azul y roja

1.
Es fines de noviembre. Está por largarse una tormenta que parece feroz. Hace varios días que no llueve en la ciudad. Los días amarillos ya comenzaban a poner histéricos a los que no tenemos pileta en el fondo de nuestras casas ni aire acondicionado en las habitaciones. Empezábamos a no poder pensar cosas básicas por culpa del ardor de la naturaleza.

2.
Jugar al fútbol bajo la lluvia de verano es una experiencia trascendental. Pienso que todos los pibes deberían poder hacerlo antes de quemar la adolescencia, por lo menos. Tirarse en el barro para despejar una pelota o atajar un tiro al ángulo y caer sobre un charco marrón evita años de psicoanálisis, te convierte en un vicioso del arte y te predispone a pensar críticamente los discursos políticos.

3.
Pero no todo es tan bello y agradable. Arruinar una camiseta de fútbol con barro puede ser una situación horrible. Una vez me arrojé al piso para quitar una bocha y en el desliz barrial pinté de verde y negro una casaca trucha de la Lazio de Italia comprada en Balcarce hace 10 años. Creí que era el fin de mi relación con el fútbol por culpa de ese suceso. Al lavarla, zafé de un trauma mayor viendo que la mancha no era letal.

4.
Año a año me compro camisetas no originales del fútbol argentino y mundial. Mi boicot a las grandes marcas es falso: en realidad no tengo plata para comprarme la vestimenta verdadera de cada club. De todos modos, creo que no me compraría una remera de 400 pesos que en algunos casos puede ser tan bonita como la copia que venden en Once o en calle Perú.

5.
Yo no entendía por qué los jugadores son amonestados cuando se sacan la camiseta al festejar un gol. Alguien lo dijo en algún lado: las grandes marcas presionaron a los organizadores de los torneos profesionales de fútbol para evitar la rebeldía. Las fotos y tomas más cotizadas –justamente– muestran a los jugadores gritando un gol pero con la remera pegada al cuerpo, las marcas en primer plano, ventas aseguradas.

6.
Mis camisetas: cuatro de River de distintas épocas, Lazio de Italia, Milan de Italia, Valencia de España, selección de Escocia, selección de Uruguay, Chivas de México y Toluca de México. Ferro de Concordia y Patronato (una del apartado softbol comprada a dos pesos en una feria).

7.
No tengo ninguna camiseta del Barcelona, tan bella que es. Estamos viendo, domingo tras domingo, al mejor equipo de nuestras vidas. Todos nosotros moriremos sin volver a gozar algo similar. Una situación descomunal. Once sujetos haciendo pasar la pelota de un lado para el otro sin posibilidad alguna de descifrar el recorrido. Como toda magia, el Barcelona de Pep Guardiola es un verdadero misterio. Aunque las victorias por 4, 5 u 8 a 0 parezcan en algún punto, a esta altura, aburridos. Nada de eso.

8.
El 5 a 0 del Barcelona al Real Madrid del 29 de noviembre del 2010 fue uno de los partidos más gloriosos de los últimos tiempos. El valor está justamente en una nueva versión de un Madrid invicto, súperpoderoso, invencible. Hasta que se encontró con los nenes de Pep, con la selección española + Messi. “El Barcelona no ha cambiado su forma de jugar, lo hizo como siempre”, dijo Guardiola al finalizar el encuentro. Además dijo: “No somos el mejor equipo del mundo. Hay que tener humildad para que el tiempo decida qué fuimos en el fútbol. Ahora es fácil decir que somos mejores. El reto es terrible: abstraerse de los millones de elogios que recibiremos". En España le dicen “Qué baño” al baile blaugrana contra los merengues.

9.
Sergio “Checho” Batista, flamante DT de la Selección celeste y blanca dice: "Me gustaría que la selección juegue como Barcelona".

10.
En el año 1992 el mismo Barcelona dirigido por el maravilloso holandés Johan Cruyff, un verdadero educador del fútbol, sacó a pasear su fútbol por todo el planeta. Una orquesta llena de sorpresas. En el medio campo, justamente, jugaba un niño llamado Josep Guardiola. Casi 20 años después, ¡el mismo Pep inventó un equipo superador de aquél Dream Team del 92!

11.
Sí: Maradona también jugó en el Barcelona. Como Messi.


-Publicado en La Chancleta

Auto celeste [Julián Villarraza]



http://www.julianvillarraza.com/

12. Trabajos de plomería

Un cordón negro de zapatillas
atado a la base de una canilla plateada.
La idea es direccionar la pérdida
hasta el pico, que el agua baje
y no se salga por los costados.
Una hora antes, todo era un enchastre;
un gran charco sobre las baldosas
rojas, marrones, naranjas.
Algún día te vas a tomar un colectivo
para reinventarte,
y yo seguiré haciendo mínimos
trabajos de plomería.


-Los menos experimentados, 2011.

Estrellas negras tatuadas

[1]
En Tres Cruces, la terminal de colectivos más grande de Uruguay, hay un solo pasajero con la camiseta verde y roja de Rampla Juniors, el equipo del barrio Cerro. No se ven hinchas de Peñarol y tampoco de Nacional, aunque la escena esté decorada con los colores y escudos de estos dos cuadros.

[2]
Las veces que hablamos de fútbol, debíamos nombrar a los equipos como "cuadros". A veces se tiende a comparar el bipartidismo de River y Boca con el de Peñarol y Nacional. En Argentina, todos saben que San Lorenzo, Racing e Independiente también cuentan. Y ahora más que nunca están bien sólidos Estudiantes y Vélez.

[3]
Defensor Sporting Club, del parque Rodó, hace algunos años que incomoda el reinado de los dos grandes de Uruguay. Gana títulos y exporta gladiadores como Silva y Fernández, entre otros. La camiseta de Defensor es toda lila o violeta con vivos blancos y calza en los cuerpos a pocos pasos del río mar.

[4]
Paraje marítimo del departamento Rocha. Acampando no tan lejos de la frontera con Brasil, los visitantes montevideanos soportan el viento hablando de fútbol, música y las diferencias entre el dulce de leche uruguayo y argentino. No se olvidan de contar la cantidad de fanáticos de Nacional y Peñarol y los pocos seguidores del resto de los clubes.

[5]
El país que tocó la gloria en julio de 2010, al conquistar el cuarto puesto de un mundial de fútbol, cuenta con 16 equipos en el torneo más importante. Central Español, Tacuarembó, Defensor Sporting, Rampla Juniors, Racing , Fénix, Danubio, Liverpool, Bella Vista, Miramar Misiones, Peñarol, Cerro, Nacional, Wanderers, El Tanque Sisley, y River Plate se disputan cada domingo las planas de los diarios, aunque los espacios estén reservados para el Carbonero y para el Bolso. Peñarol y Nacional es charla de consorcio todos los días del año.

[6]
Cómo sucedió, no sabemos. En el medio de una conversación futbolera se coló el dato de que en Castillos, cerca de Valizas y Aguas Dulces, el índice de suicidios es el más alto del país.

[7]
El colectivo que nos lleva por los pueblos grises entra en Castillos. Lo primero que te da la bienvenida es una sala de velatorios.

[8]
Ver un River Boca en otro país, aunque el partido no valga en puntos, tiene sus condimentos. El resultado final fue un 1 a 1 insulso. Apenas un par de errores de cada lado, mucha marca y lucha, y el mejor disparo a puerta de Matías Almeyda en toda su carrera. Un quite veloz y zapatazo de mitad de cancha para el vuelo lúcido del arquero bostero. Hubiese sido el mejor gol de su carrera, pero terminó siendo el mejor tiro al arco de un jugador que explica cada partido con la sinceridad de alguien que no practica deportes profesionales.

[9]
En la puerta número 11 del estadio Centenario, antes de abonar 50 pesos uruguayos, preguntan de dónde somos. Hay descuento porque no nacimos porteños. Consultan por el corte en Gualeguaychú y se ríen. Por dentro, en el sector de tribunas medias, los detalles del campo de juego cobran más significado. En la tele pareciera imposible disfrutar de un partido, todo parece inmenso y lejano.

[10]
A la vera del mar hay por lo menos dos canchas de fútbol, ocupadas por rejuntes de brasileños, chilenos, argentinos y pobladores de la zona. Formas distintas de pasar y nombrar las cosas, remeras de bandas de rock, collares de semillas, artesanías, pieles secas y mojadas, lobos marinos muertos y mate. De fondo, el reggae digita el sonido en los paradores que facturan plata sin parar.

[11]
Frente a nosotros un ave marítima lucha contra la corriente de aire frío que viene del sur del mundo. Su ojo derecho, y la tensión por mantenerse al menos en el mismo lugar. El objetivo principal es avanzar a su guarida. Una chica pasa por abajo del pájaro. En su pierna derecha, a la altura del gemelo bien marcado, van tatuadas estrellas negras de distintos tamaños dispuestos con un desarreglo fatal.

-Publicado en La Chancleta. Marzo de 2011.