El violento acto de contar

Estoy en mi casa
mirando el partido entre Barcelona
y Real de Madrid. Tengo puesto
el shorcito trucho rojo sangre naik.

Afuera, acá en Paraná, hay una tormenta
que dan ganas de escribir tus obras completas
mientras dure el hecho natural.

Estruendos, cielo plateado,
olor a agua. Así son las ciudades acosadas
por el río, pienso, te contagian el violento
acto de contar.

Esto es la paz



[Foto de Diego Fainstein. La Paz. 2009. Copyleft]
En el cementerio de la ciudad
hay espectros fantasmales.
Cámaras fotográficas digitales
capturan las figuras transparentes
y las sombras en movimiento.
Eso demuestra que Poe no tenía imaginación.

Una hipótesis

Escucho en la radio una hipótesis
antropológica: ningún hombre resiste
más de siete segundos la mirada de una mujer.

Entonces me pregunto cuándo fue
que nunca más supimos sostener esos ojos,
siempre latentes,
aún bajo la negrura de las estrellas.

Años enanos

Literalmente,
los rayos, los relámpagos,
esas luces azul eléctrico del fondo
te pintan los pelos.

Y ahora que pienso, mientras te miro a contraluz,
en los temporales de agua y viento,
allá en los noventa,
corríamos descalzos
por el barrio,
con la única preocupación posible
en los años enanos:
¿cuándo volveré a ver a mamá?

Animales

Los animales de tu poesía
vinieron rabiosos a mi sitio
a arrancarme de la noche.

No supe si luchar contra sus destrezas
o mostrarles una foto tuya
para calmar la sed que poseían.

Finalmente me durmieron,
y ahora huelo, inconsciente,
el perfume de tu sombra.

Veneno

El veneno
del último
verso
es lo que mata.

Te pregunté

Lo que quería decirte ese día
en la facu, mientras mirábamos las pelis.
Eso era. Pero no me animé y sólo
te pregunté si conocías el nombre
del tema de fondo.
Es una obviedad,
tu certeza siempre me abruma.

Sobre la literatura

"Ese es el golpe que necesita un lector para quedar inmovilizado. Un buen patadón en los huevos que le quite el aliento y lo paralice. Ahí tenés, escapate ahora, dejá el libro y abandoname si podés".

[Palabras iniciales de Roberto Fontanarrosa]

Cucaracha

Un día
el jóven Franz
despertó del infinito
convertido en horrible cucaracha.

Ser un bicharraco
semejante
le otorgó dignidad
para morirse de este mundo.

Tormentita de haikus

¿de qué planeta
viniste? barrilete
cósmico/ ¡dios!

***

tras de ti marcho
con fuego de tu sombra
hoy me enciendo

***

presos de guerra
rezan la liberación
bombas estallan

***

¿revoluciones?
aves traman sedición
desde temprano

***

samba de brasil
con plena furia quiebras
cuerpos en trance

***

en el centro de
la tormenta quiero
estar contigo