Concordia

Me pregunto si Concordia
es parecido a Salto y a Uruguay en general.
Me contesto que sí, aunque me aclaren que hay diferencias.
Conozco Concordia por la mujer más iluminadora de todas.
Ahora, también, descubro la ciudad
por los versos de Daniel Durand.
Ese artista que te recomienda
escribir un poema cuando se te ocurra
una novela.

Yo era el Enzo

Me acuerdo cuando me creía que era el Enzo.
En los partiditos del polideportivo yo volaba por los aires como el uruguayo
y miraba al cielo, como él, gritando los goles.
Cómo él, paraba de pecho la pelota y observaba alrededor
procurando pasarla al jugador más cercano. Aunque a veces, confieso,
buscaba el ángulo más lejano del arquero, sólo pa que se revuelque.
Todos sabían que a mi me gustaba el Enzo.
Me acuerdo cuando me compré la camiseta original de riverpleit.
A los partiditos del poli yo la llevaba y más me parecía al Príncipe.
Veía sus goles por televisión para ver cómo le hablaba a la pelota
y para escuchar qué les decía a todos con su cuerpo.
Festejaban los árbitros cuando el Flaco metía tremendos goles
y gritaban ¡uruguayo, uruguayo! los hinchas de la banda.
Todas las noches, escuchando los relatos de Víctor Hugo,
me dormía con lágrimas soñando ser Francescoli.

Partiditos

En las canchitas del polideportivo
jugábamos con los vagos al foball
allá por la década del noventa
el cabezón era un degenerado lo que pegaba
el tano jugaba siempre pegado
a la raya
y el nico podría haber jugado en river
pero prefirió el voley local
a diego le gustaba atajar y tan mal no lo hacía
agustín era de madera pero con el tiempo
fue imposible pasarlo en los mano a mano
y yo era el que más fantasías tiraba
dentro de la cancha

Montevideo

al amanecer
lluvia frío / muy cerca
montevideo

Lluvia de Haikus

1.
en el centro de
la tormenta quiero
estar contigo

2.
montevideo
ama a los viajantes
que la amaron

3.
bandadas pasan
las nubes se quiebran
dos gotas caen

4.
ven y tócame
la mano que te escribe
los versos tristes

Haiku [5]

presos de guerra
rezan la liberación
bombas estallan

Haiku [4]

tras de ti marcho
con fuego de tu sombra
hoy me enciendo

Víctor Hugo

¿de qué planeta
viniste? barrilete
cósmico/ ¡dios!

Otras artes

Queridos Picasso y Dalí, queridos Beethoven y Mozart, queridos Whitman y Poe, queridas Pizarnik y Alfonsina, queridos Hernández y Lorca, queridos Neruda y Jara, queridos Shakespeare y Stevenson: qué distintas hubiesen sido sus artes, qué otras hubiesen sido sus creaciones, si hubiesen visto el gol más bello del mundo.

Las músicas

Si Pancho Villa y Emiliano Zapata, si Marx y Engels, si Lenin y Trostki hubiesen escuchado las músicas de los Beatles, hubiesen cambiado los sentidos de la palabra revolución.

Planes

Ni pienses que tengo planes de besarte. Maldita tú eres entre todas las mujeres. La ida de tu cuerpo enfada. Pero más irrita la violencia en la ausencia de tus palabras.

Hechos

Estábamos andando volando
Estábamos acariciando viajando
Estábamos aprendiendo volviendo
Estábamos armando vagando
Estábamos avanzando viendo
Estábamos anocheciendo viviendo

Experimento

La poesía te transforma la cara. ¿De dónde vienen esos rayos? Gelman, Benedetti, Urondo y Pizarnik se te meten adentro y tu cuerpo es un experimento sin nombre.

Ciudad de Concordia, 2007

Casualidades

Luego de publicar el texto "Escritores", se me apareció esto que sigue y que con tanto dolor escribió don Paco Urondo. Parece contestar algunas cosas. Azar puro.



Milonga del marginado paranoico

Parece mentira
que haya llegado a tener
la culpa de todo lo que ocurre
en el mundo; pero es así. Han tratado
de disuadirme psicólogos y sociólogos de mi tiempo,
me han dado razones de peso técnico largamente
formuladas y
parcialmente ciertas. Pero
yo sé que soy culpable de los dolores
que aquí siento y recorren el mundo; de las soledades
que lo van vaciando: quisiera saltar
como Juan L. Ortiz, vociferar
como Oliverio Girondo, pero: primero, ellos me ganaron
de mano; segundo, no me sale bien y aquí
empieza todo nuevamente: otro sufrimiento
igual a diapasones y recursos
que conozco perfectamente y que no vale la pena
repetir: primero, para no emularlos; segundo, porque
tendré que ir
reconociendo que no he sabido
hacerme entender. Y esto es agudo como un ataque
que nos traga la lengua; pido entonces disculpas
por la mala impresión, por las exageraciones.


Fuente: "Poemas Póstumos", Paco Urondo.

Escritores

Pelea como el viejo Ambrose Bierce, ponte triste como la bella de Alejandra Pizarnik, suda como el querido Ernest Hemingway, hazlo con la pasión de Clarise Lispector, vuela como el divino Julio Cortázar, pregunta como Rodolfo Braceli, talla con la precisión de García Márquez, insiste como el tremendo Onetti, clava puñales como Truman Capote, pon misterio como Edgar Alan Poe, ríe como Mark Twain, llora como Marosa Di Giorgio, se breve como Juancito Rulfo, canta como Juan Villoro, revoluciona como el Sub Marcos, salta como Mario Benedetti, conquista como el maravilloso Juan Gelman, sueña como Osvaldo Bayer, denuncia como Walsh, resiste como Arlt, ama como Oliverio Girondo, inventa como Asimov, cuenta como Carlos Fuentes, investiga como Octavio Paz, vive como Enrique Medina, acaricia como Miguel Hernández, se digno como Eduardo Galeano. Siempre digno.

Músicas

Como todos los textos, este también está dedicado a Mercedes.

De qué rincón del planeta sacaste esa música, mujer, que te hace bailar y nos hace bailar a los hombres que te vemos y deseamos en las noches de cantos y fogatas liberadoras. De qué planeta viniste, me pregunto, para hacernos volar y saltar, para hacernos gritar y callar y llorar.
Naturaleza

desmalezamiento del pasto en las profundidades del río
arado de la arena en el piso de la mar
plantaciones de árboles en el cielo de la tierra

Algo

del sueño de anoche, mujer, te fuiste
con alguien huíste, sin decir adiós
y lo que es pero aún, has regresado
¿en dónde anduviste, muchacha, en dónde
mientras yo dormía y tu también?

MARQUINA EN LA MAÑANA REPARANDO LOS RASTROS QUE LA DEBILIDAD LE DEJA CUANDO DUERME

Por Daniel Durand.

no permitas que nadie te enseñe a escribir, no dejes que nadie te de indicaciones, no te desalientes, no preguntes, aprendé solo , fijate que la inmensa mayoría es basura, que no te guste lo que escribís porque le gusta a la que te gusta, si lo que escribís le gusta a la que querés tirá todo eso, dejá lo que no entendés, no tirés nunca lo que te da vergüenza, poné los nombres verdaderos de tus parientes y amigos, si los cambiás vas a ver que ya no existen, y no se puede escribir de lo que no existe, no dejes que nadie te alabe, cuando te digan que es muy bueno lo que escribís empezá con otra cosa, si se te ocurre un poema escribí en prosa, si te viene una novela, escribí un poemita, nunca corrijas textos que sabés que pueden mejorar , corregí lo que no te acordabas que existía, no te olvides que los bailes están cargados, alguien los puso ahí para que vayas y creás que podés contarlos, escribí de lo que va a pasar como si estuviera pasando, inventá una escritura biográfica, no dejés que la realidad destruya tus papeles, cambiá la realidad para que se parezca a lo que escribís. Si cogés que sea para contarlo, no te encames por amor, nunca, si sufrís que sea para darle existencia a un personaje, no dejés que la experiencia te sirva para algo fuera de la literatura, sé un perro, siempre, apostá al caos, el tiempo después ordena todo, lo junta, la gente le pone nombre a todo lo que hiciste, no hagás caso, de nada, no sirve estar triste por lo que pasa, los que te destruyeron te odian, nunca olvides eso, los que te odian te envidian, no hay vuelta, los que te envidian te aman, y no olvides que esa noche de gloria es eterna y sirve para siempre, nunca vas a poder quejarte. ah, me olvidaba, hay que borrar todo esto…



(De: “Marquina”, incluido en “El Estado y él se amaron”)

haiku [uno]

aquí mis llantos
por tu ida maléfica
aquí mis gritos

haiku

tal vez seremos
lucesitas en medio
de las tinieblas

Bush se disculpa

Dicen los diarios:
—Estados Unidos construirá un muro para evitar el ingreso de mexicanos.

Confirman las radios:
—Bush promulgó la ley sobre el muro que dividirá Norteamérica de México.

Muro en Alemania, muro en China, muro en Israel, muro en Estados Unidos, es la danza de los muros.
Brillan demonios en los ojos del demonio, mientras los medios aceptan el sacrilegio de las decisiones políticas como solución final para el problema de ese invento llamado raza.
Brillan demonios en los ojos del diablo cuando firma, sentado en su escritorio, la planificación étnica mundial.
Muros de cemento, muros invisibles: el 29 de agosto de 2005, el huracán Catrina se había cobrado 10.000 almas, mientras el presidente Bush explicaba:

—Si no respondí lo suficientemente bien, aprenderé la lección. I am sorry.

Todos lo sintieron.

Argentina, 1978

“Aquí la obscenidad fue desnucada: “la fiesta de todos”
se consumó encima de un país sembrado de muertitos sin
sitio para ser llorados”.
[Rodolfo Braceli]

En plena matanza, los militares argentinos habían organizado el campeonato mundial de fútbol número once, y así rindieron homenaje, una vez más, a Hitler y a sus juegos olímpicos de 1936.

Pero cuarenta y cuatro años antes, Benito Mussolini ideó las bases para armar copas del mundo que gocen de impunidad ante la evidencia del horror.

Los manuales de historia nacional dice que el mundial de 1978 fue ganado por la selección que dirigió César Luis Menotti, pero la memoria denuncia que fueron 30.000 los seres humanos desaparecidos y matados antes, durante y después del torneo.

Como se sabe, a mil metros del estadio Monumental funcionaba el Auschwitz argentino. En la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) murieron desangrados cientos de miles de personas, al tiempo que los jugadores de fútbol de varios países hacían goles.

José Pablo Feinmann en su ensayo Pensar y escribir después de la ESMA, escribió y pensó con habitual claridad:

—La ESMA implica un quiebre en la cultura argentina. No porque antes no existieran el crimen y la tortura sino porque nunca existieron con tal nivel de planificación, de frialdad metódica y porque nunca antes su existencia implicó el plan de la desaparición de los cuerpos.