Respiración

Todo lo que podría haber hecho y no hice.
Pienso en todas esas cosas mientras miro
el drama que me cuenta el uruguaycito.
Encima tengo que andar explicando por qué
le escribo cosas a una porción de agua.
Entonces sostengo que si bien los paisajes
cambian, veo que otras personas comprueban
que las tragedias se van más rápido
con el río abajo.

Cosas pendientes

Trini:
algún día, quién sabe,
llegaremos a Gualeguay
sólo para hacer dos cosas pendientes:
ir a la antigua casa de Lela, y pararnos
en frente, no abrazados, quizás sí de la mano,
y vamos a recordar todos los juegos
dentro de esa irrepetible casona vieja.
Luego nos iríamos a calle Monte Caseros,
ahí a la vuelta, y otra vez lo mismo:
los días que cuidamos de Lelita,
tus risas, las caminatas por las calles;
nuetras narices y manos pegadas a las vidrieras
deseando esos juguetes inalcanzables.

Ciudad vieja

Vas atravesando parte de la ciudad vieja
y lo ves allí al tipo vendiendo
discos de vinilo,
los número uno de las revistas Marcha y Crisis
y algunos libritos inconseguibles.
Mirándolo bien,
ese genio, cigarro en boca, es igualito a Eduardo Mateo.
Luego te ilusionas con ver a Marosa,
a Felisberto y Onetti.

Pero no va a poder ser. No esta vez.

"No hay dos tapas iguales"



(Foto: Lucho Ganga)

Uruguayita




Uruguayita (romancerito)
Eloísa Cartonera, 2009.
Aristóbulo del Valle 666.
República de La Boca.

(Fotos: Marcela Ordiz)

Veranos

Lunes 6 AM. Afuera, lluvia super suave:
mi hermana más grande golpea la puerta de casa
(supe que era ella cuando abrí y la vi
parada, paragua en mano)
Como si fuera una radio con corazón,
me da la necrológica
que involucra a la abuela Lela.
Ahí nomás, me acordé cuando nos llevaba
a comprar golosinas al almacén de la esquina,
allá en Gualeguay,
durante los veranos de la convertibilidad.
El otro día soñé que
jugaba al fóbal con Michel Platiní;
ese francés puro glamur y alta estética.

Casi antes de intercambiar palabras
con mi amigo Plablito,
él ya me había comparado con el Gran Michel.

Fue el mejor elogio del mundo
para alguien futbolero. Todos
esperamos ser un jugador francés.

Porque son los mejores junto con los brasileños.

Borde plateado

No te voy a admitir
que el borde plateado
de la nube gris de la noche
se parece al ánimo con que
te movés al caminar.
Nunca lo voy a confesar ante vos.

Tampoco te voy a decir
que sos como un talibán con cien rehenes
a punto de estallar en pedazos
en nombre de Alá y de Oriente.

Planes

La piba se despide
como si esa misma noche
tuviera planeado intentar suicidarse.
Digo planeado, digo intentar, porque sospecho,
tan fácil no debe ser
autoeliminarse.

Al otro día yendo por la plaza
me la crucé y comprobé: "otra vez
no pudo".