Libros míos

Una vez vi a Eduardo Galeano
andando en bicicleta
por una callecita de Paraná.
Que yo sepa, era el Pasaje Baucis.
Eduardo iba con un bolsito
lleno de libros míos,
que descubrí al ver
mis propios señaladores.
Cuando don Galeano
se alistaba para frenar
y saludar,
alguien me despertó,
alguien me dijo:
—Guarda pelotudo,
que lo vas a hacer chocar.

Oda y elegía en dos décimas de versos alejandrinos al magnífico Ambrose Birce

Primer acto: Oda: Nacimiento y transformación.

Desde aquí te canto querido Amborse Bierce;
desde lejanos tiempos y muy distantes tierras.
Implorando a gritos por la aparición de tus obras:
cuentos, relatos, narraciones e historias,
poemas, fábulas y diccionarios malditos
me guían por los caminos de este mundo
y me cuentan los secretos mágicos del hombre.
Pensándolo bien, no podías haber sido
otra cosa que un artista genio y maldito
con un padre llamado Marcus Aurelius.


Segundo acto: elegía: Misteriosa desaparición.

Por tierras mexicanas escribiste tu última
historia de misterios y espantos y sorpresas.
Así fue como dejaste las tierras del norte:
apenas una carta de despedida, apenas
un par de libros en tu bolso, esperanzas de
saber que “morir por una bala en medio de la
sedición de tropas revolucionarias es una
muerte más digna que caer por las escaleras”.
Misteriosa desaparición: todo aquel que
buscó sobre ti, trágicamente del mundo huyó.

Dolor

Yo no sabía
que el desprecio
el desdén y
la injusticia
causaban
tanto dolor.

Yo no sabía
que el desprecio
el desdén y
la injusticia
secaban ríos,
oscurecían soles,
apagaban estrellas
y quebraban piedras.

Yo no sabía.
Necesito un abrazo y un poema, necesito una canción y un beso, necesito palabras, necesito una caricia en mi mano que te escribe, necesito un cuento y una novela, necesito tu mirada y los ojos con que lo haces, necesito tu música y necesito los versos de un poeta anónimo, necesito goles y necesito una película de esperanzas, necesito una pintura y un coro que cante en un teatro, necesito tu movimiento y necesito reir y necesito llorar, necesito la tristeza de un amigo y la alegría de su llegada. Necesito el río Uruguay y las montañas de Mendoza. Necesito mis amigos de Brasil y necesito las calles de Montevideo. Necesito tu amor y necesito una revolución: necesito volar.

angustia

nunca en mis días
sentí tanta angustia
como esa noche

CONSUELO (consolation) / Ambrose Bierce (1842-1914)


De poco servirá echarse a lamentar
que a Eva el reptil ha podido tentar.
Sécate los ojos, mejor, muchacho valiente,
y mata con una estaca una serpiente.

Pero si, como imagino, lo tuyo es filosofar,
piensa por un momento que, tal vez,
si el astuto bribón sobre las ramas
no la hubiera tentado a ella, ella lo hubiera tentado a él.

[Traducción: Luis Ganga]

Viento

han pasado muchos
días
y no logro respirar
con intensidad
¿dónde están las
palabras
que me devuelvan
el aire perdido?
-No pienses en nada,
piensa en el viento
-me dijo Truman Capote
una noche.