Dicen los diarios:
—Estados Unidos construirá un muro para evitar el ingreso de mexicanos.
Confirman las radios:
—Bush promulgó la ley sobre el muro que dividirá Norteamérica de México.
Muro en Alemania, muro en China, muro en Israel, muro en Estados Unidos, es la danza de los muros.
Brillan demonios en los ojos del demonio, mientras los medios aceptan el sacrilegio de las decisiones políticas como solución final para el problema de ese invento llamado raza.
Brillan demonios en los ojos del diablo cuando firma, sentado en su escritorio, la planificación étnica mundial.
Muros de cemento, muros invisibles: el 29 de agosto de 2005, el huracán Catrina se había cobrado 10.000 almas, mientras el presidente Bush explicaba:
—Si no respondí lo suficientemente bien, aprenderé la lección. I am sorry.
Todos lo sintieron.