Oda y elegía en dos décimas de versos alejandrinos al magnífico Ambrose Birce

Primer acto: Oda: Nacimiento y transformación.

Desde aquí te canto querido Amborse Bierce;
desde lejanos tiempos y muy distantes tierras.
Implorando a gritos por la aparición de tus obras:
cuentos, relatos, narraciones e historias,
poemas, fábulas y diccionarios malditos
me guían por los caminos de este mundo
y me cuentan los secretos mágicos del hombre.
Pensándolo bien, no podías haber sido
otra cosa que un artista genio y maldito
con un padre llamado Marcus Aurelius.


Segundo acto: elegía: Misteriosa desaparición.

Por tierras mexicanas escribiste tu última
historia de misterios y espantos y sorpresas.
Así fue como dejaste las tierras del norte:
apenas una carta de despedida, apenas
un par de libros en tu bolso, esperanzas de
saber que “morir por una bala en medio de la
sedición de tropas revolucionarias es una
muerte más digna que caer por las escaleras”.
Misteriosa desaparición: todo aquel que
buscó sobre ti, trágicamente del mundo huyó.

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