Soplan vientos de agua. De Europa a América en 1934. Año 2002: suben las brisas del sur hacia en norte.
Seres desesperados, hambrientos de pan, tocan tierra firme en busca de techo y jornadas laborales. Con el dolor de un tiempo que fue, encuentran una esperanza que será. En el camino van sucediendo alegrías y penas: brazos solidarios brindan palmadas de bienvenida, pero máquinas de acero trituran latentes corazones.
Las historias que en estas películas se narran, parecen ficciones de un mundo de mentira. Las ficciones que en estas películas se cuentan, parecen sucesos de un mundo real.
De un mundo que fue. De un mundo que sigue siendo.
2 comentarios:
aguante manu...gracias por los mails.. un abrazo
Manu: en estas lineas se condensa tu historia... la real –la que te precede, la del exilio por hambre–, y la tuya, la de esa agua constante que fluye de vos en forma de lágrimas saladas, que purifican, que desgarran, y que dicen tanto como esa ficción que también las convoca, y te calma –y clama a tu esencia–
Entrañable abrazo desde aquí
J
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