Vientos de agua

Soplan vientos de agua. De Europa a América en 1934. Año 2002: suben las brisas del sur hacia en norte.

Seres desesperados, hambrientos de pan, tocan tierra firme en busca de techo y jornadas laborales. Con el dolor de un tiempo que fue, encuentran una esperanza que será. En el camino van sucediendo alegrías y penas: brazos solidarios brindan palmadas de bienvenida, pero máquinas de acero trituran latentes corazones.

Las historias que en estas películas se narran, parecen ficciones de un mundo de mentira. Las ficciones que en estas películas se cuentan, parecen sucesos de un mundo real.

De un mundo que fue. De un mundo que sigue siendo.

Súplica

Pedido a todas las mujeres y hombres de este mundo:
—Les pedimos que tengamos respeto y tolerancia al que piensa diferente en el camino pero tiene el mismo anhelo de vida,

(Discurso de inauguración del Foro Nacional Indígena. México, 4 de enero de 1996)

Zapatistas

Cabalgan los senderos del mundo proponiendo “servir y no servirse”. Corren los caminos de tierras sugiriendo “representar y no suplantar”. Pedalean las rutas del planeta invitando a “construir y no destruir”. Navegan las olas del Golfo de México postulando “obedecer y no mandar”. Caminan las juntas del Buen Gobierno “proponiendo y no imponiendo”. Atraviesan los montes de Centroamérica para “convencer y no vencer”, pero también para “bajar y no subir”.

Ejercito Zapatista de Liberación Nacional

Entre los pastizales de la Selva Lacandona, en la provincia de Chiapas, al sur de México, la periodista Gloria Muñoz Ramírez escribe sobre un papel en blanco una lista con palabras:
Casa
Tierra
Trabajo
Alimentos
Salud
Educación
Libertad
Justicia
Independencia
Democracia
Paz
Patria
Mañana
Agua
Aire
Dignidad
Igualdad

La España de Orwell

Además de escribir 1984, y antes de hacerlo, George Orwell se unió a las brigadas internacionales que se unieron a las tropas republicanas para combatir las malvadas hordas franquistas.
Las intensas experiencias comunitarias de una España solidaria capturaron la atención de este inglés comprometido. Crítico de las atrocidades de su época, Orwell ha regalado palabras descubridoras y más vivas que nunca.
Imaginó que "las condiciones climatológicas de ayer se pueden cambiar por decreto".
Pensó que "por mucho que neguemos la verdad, la verdad sigue existiendo, por así decirlo, sin nuestro concentimiento".
Sospechó que "mientras quede parte de la tierra sin conquistar, la tradición liberal seguirá viva"

Sueños y pesadillas

Desde las urbanas tierras de Sao Paulo, el viejo y barbudo Paulo Freire, diseñó una fórmula que nos otorga una prueba para explicarnos por qué somos lo que somos: "Soñamos y trabajamos para recrear el mundo, porque nuestro sueño es un sueño con una realidad menos malvada, menos perversa, en que uno pueda ser más gente que cosa. Pero, al mismo tiempo trabajamos en una estructura de poder que explota y domina. Y esto nos plantea esta dualidad que nos hace mal".

En otra oportunidad, el educador que vivió aprendiendo, se enojó y reveló: "Nadie es, si se prohibe que otros sean".

Sobre Paraná

La historia de Paraná ha sido a lo largo de su camino una marcha de conquistas y caídas.
Cuentan algunos que en 1527, antes del antes, el navegante don Sebastián Gabotto fue el primer curioso de las barrancas del río Paraná, que en el guaraní significa pariente del mar. Otros marinos han narrado las bellezas y tristezas de esta comarca: en su diario de navegación, el capitán de Fragata, don Juan Francisco Aguirre, en su travesía a Asunción, contó:

-Llegamos al puerto de este pueblo la mañana del 19 de enero de 1784, día lluvioso en que fue preciso detenerse, en este intermedio pasaron algunos de los nuestros al pueblo y aunque comprendí por ellos qué pudiese ser, no lo expongo por no haberlo visto yo, sin embargo podemos contemplar que es muy pobre la situación en que se encuentra.

El asentamiento se fue armando muy despacio. “La Bajada del Paraná”, llamaron a este pedazo de tierra, y así la bautizaron.

Marcos

Contiene la mirada más soñadora de todas las que en el mundo hay. Sus ojos son la única parte de su cuerpo que al desnudo está. Sabe qué tierra pisa, e intuye que el cambio no se encuentra conquistando el poder. Junto al ejército de liberación, revive con literatura y expresiones corporales las artes aún vivas de los indios Ma-yas. Con manifestaciones culturales de la más hermosa dignidad humana, el insur-gente Marcos, palabras en la boca, palabras en la mano, siembra alegrías y lamen-tos dentro del fútbol.

Emiliano Zapata por Diego Rivera